Durante décadas se ha estado buscando una manera rápida y efectiva de eliminar los vellos de varias zonas del cuerpo, hasta que en 1963, el dermatólogo Leon Goldman descubrió algunas aplicaciones del láser en la piel que más adelante llevaría a un desarrollo revolucionario: el láser rubí, que actualmente está en desuso, pero que fue el primer método de depilación comercial.
Los láser más conocidos en la actualidad para depilación son:
Láser Alejandrita: Usa una longitud de onda de 755 Nm, y resulta efectivo hasta pieles fototipo IV, pero no V ni superiores. Se usa para pelos medianos o gruesos.
Láser Diodo: Usa ondas de 800-910 Nm y permite trabajar hasta fototipos V (oscuros). Es más absorbido por la melanina y penetra más profundo, por lo que también es eficaz para depilación de hombres.
Láser de Neodimio-Yag: Emite longitud de onda de 1064 Nm y permite tratar todo tipo de piel sin riesgos, pero con menor eficacia. Es el láser más molesto y solo se recomienda para pelo profundo y muy oscuro.